SORAYA GONZÁLEZ

 
SORAYA

SORAYA

 

Nunca me imaginé que gracias a lo que escuché el día que conocí esta oportunidad y decir que si, me iba a llevar a tomar decisiones tan diferentes que hoy me
iban a permitir vivir en paz y tener certeza.
Yo crecí en una familia muy trabajadora, de echo el mayor ejemplo de trabajo duro que tengo es el de mi madre. Ella se quedo sola con 4 hijos, yo
soy la menor, y trabajo muy duro para sacarnos adelante. Para mi como hija ver a mi
mamá poco fue muy triste y me preocupaba verla siempre cansada; pero creo que lo que realmente impacto mi infancia fue ver a mi mama siempre preocupada por dinero, por eso cuando yo tenía 17 años le avise que iba a dejar de estudiar y que iba a dedicarme a modelar porque quería sacarla de trabajar y no solamente me dijo que si, sino me apoyo mucho en que yo pudiera desarrollarme en esa profesión y me abrí camino en un mundo totalmente desconocido para mi donde aprendí de disciplina, responsabilidad y nutrición entre otras cosas y también me permitió viajar y conocer otros países, trabajar para grandes marcas y diseñadores pero no importaba cuanto trabajara ni para quien, nunca podía enviarle el suficiente dinero a mi mamá como para que ella pudiera dejar de trabajar, incluso hubo muchas épocas en que ni siquiera generaba suficiente para mi y precisamente por eso empecé a buscar como diversificar mis ingresos y puse una cafetería en un gimnasio y después una empresa de imagen y para hacerles una larga historia corta, pasaron 20 años de mi vida de trabajo duro y yo no tenía nada, vivía sobreviviendo.
Nunca pude decirle a mi mamá que dejara de trabajar, incluso cuando la despidieron ya
por edad tampoco podía darle dinero y eso me hacia sentir muy cansada,
decepcionada de mi misma, frustrada y con miedo porque si seguía haciendo lo mismo iba a terminar igual que ella, dependiendo de otras personas y eso me asustaba mucho.
Durante ese tiempo también empecé muy joven una relación que duro poco más de 20
años y prácticamente la mitad de ese tiempo intentamos ser papás y no pude, me hice
todos los tratamientos posibles para quedar embarazada y ninguno funcionó, el
sentimiento de frustración regreso con más fuerza y mi autoestima se destrozo, subí mas
de 14 kg, tenia problemas de acné, ya no me gustaba y me hice mucho daño, todos los
días me repetía “no sirves para nada, ni siquera sirves para lo que fuiste creada que es ser madre” me hundí en una depresión sin darme cuenta, solo recuerdo que no tenía ganas ni de despertar. Mi vida había perdido sentido.
Fue en ese momento cuando conocí esta oportunidad y la verdad no entendí nada, no
dije que si por visión ni mucho menos, solo se que sentí mucha esperanza. Que tal que sí, que tal que yo también merecía ser feliz, que tal que ahora si podía retirar a mi mamá
como ya lo estaba haciendo Paco Hernández con sus padres.
Conocer a personas que se veían tan tranquilos, me inspiro mucho y por eso me siento
muy agradecida, sobre todo con Maika Trigos que me ayudo a creer en mi y me ha
enseñado no solo lo que hoy se en esta profesión, también me ha enseñado a amar mi
vida.
Hoy recordar esto y ver como ya quedo en el pasado me hace sentir muy contenta y
me emociona ver en el lugar que estoy pero me emociona aún más saber que es el inicio de la grandeza para mi y todas las personas que han llegado a mi vida para quedarse y donde juntos estamos creando un equipo de personas construyendo la vida que queremos vivir y no la que podemos pagar y al ver como cada uno de ellos crece, entiendo lo que significa ser madre, desarrollar a otros y puedo decir con toda seguridad que gracias a esta oportunidad recupere mi vida.
Hoy tengo un propósito, hoy vivo plena y feliz.